¿Qué es la Macrobiótica?

¿Qué es la Macrobiótica?

He decidido compartir un artículo sobre mi interpretación de Macrobiótica, ya que diariamente me cruzo con personas que tienen dudas acerca de este tema.

Lo que aquí escribo lo hago con la voz de Francisco Varatojo hablando desde dentro de mi cabeza. Él ha sido sin duda con quien más he aprendido hasta hoy en esta área, la persona a la que aún escucho cada día y a la que, para siempre, recordaré con un enorme cariño.

Me parece interesante empezar por el origen de la palabra: Macro = grande + Bio = vida. Esto es lo que nos proporciona la filosofía macrobiótica, una gran vida. Y no quiere decir que, al practicarla, compremos el elixir de la eternidad. No es eso, simplemente que cuando la vivimos, sentimos la vida con una intensidad diferente y con una mayor plenitud y satisfacción.

Pasamos sobre todo a vivir con más armonía, con más respeto por los demás, por nosotros mismos y por el medio que nos rodea (naturaleza, animales, estaciones del año …), lo hace que la vida gane otra dimensión más profunda, más verdadera, más coherente y también más responsable. Y esto sucede porque entendiendo nuestra fisiología y biología y viviendo con respeto por las mismas, la vida se vuelve más simple.

La filosofía macrobiótica se basa en la armonía con el medio que nos rodea, ya que se entiende que la naturaleza es sabia y siempre, en cada momento, nos da lo que necesitamos para vivir. Es por esta razón que la Macrobiótica defiende que debemos de comer alimentos locales y de acuerdo con las estaciones del año. También por eso nos enseña que si estamos en sintonía con el medio y con capacidad de adaptación, conseguimos fluir mejor con lo que sucede a nuestro alrededor, evolucionando de forma más simple.

Pero ¿cómo respetar nuestra biología y fisiología para mantener la armonía en nuestro organismo? Empecemos por observar nuestro cuerpo … Si analizamos la constitución de nuestra dentición, comprendemos que sólo 4 de nuestros 32 dientes son caninos. Por otro lado, todos los animales carnívoros tienen el intestino sensiblemente más corto que el del ser humano. Por esta razón la Macrobiótica considera que la cantidad de carne que ingerimos debe de ser muy baja, o nula. También los molares, los dientes más usados para masticar cereales, están en mayor proporción. De esto se deduce que la proporción de cereales en nuestra alimentación debe de ser alta, garantizando un respeto por nuestra constitución.

¿Y entonces por qué aboga la Macrobiótica? Empezaré hablando de lo que prescindimos… y en este punto podré perder ya a la mitad de quienes me leen (a ver si no es así p). En la alimentación macrobiótica no consumimos lácteos (el porqué los lácteos no son buenos da para escribir una escribir una enciclopedia, por lo que no hay mucho más que decir) y evitamos la carne, así como la mayoría de los productos de origen animal. Evitamos también productos refinados o procesados, pues la idea de esta alimentación es que sea simple, que los alimentos sean consumidos con vida, y que esa vida sea transportada para nosotros, ayudándonos a vivir el día a día. Y la que más duele … ¡no utilizamos azúcar! AUCH! … pero somos personas bien dulces, y ni por eso dejamos de deleitarnos con postres maravillosos. ¡Tranquilo! Te aseguro que la vida se vuelve más sencilla sin todo esto que la mayoría de la sociedad se ha acostumbrado a comer en las últimas décadas, y que no nos hace personas más sanas, ni felices.

¿Y que comemos entonces, os preguntaréis? Me gusta responder que comemos mucho de lo que nuestros bisabuelos comían antiguamente. Comida de verdad. Muchas verduras de temporada, muchos cereales integrales, legumbres, algas, frutos secos y semillas. Con todo lo anterior en las debidas proporciones (que varían de persona a persona), y confeccionado adecuadamente, obtenemos todo lo que necesitamos para vivir.

Al alimentarnos de esta forma, vamos a tener digestiones más fáciles (lo que estamos comiendo es más ligero, por lo que gastamos menos energía en el proceso de la digestión). Y con esa energía extra que nos ahorramos, vamos a poder alimentar más nuestra creatividad y es por eso que creo que la macrobiótica nos ayuda a descubrir nuestro potencial y a encontrar nuestro propósito de vida.

¡Ahora … si esperáis que esto resulte de ir a comer a restaurantes diariamente, olvidadlo! (Ups … será que alguien va a seguir leyendo?!?!?!) Es realmente importante que aprendamos a cuidar de nosotros. Que seamos responsables de nutrir nuestro cuerpo, que sepamos cocinar nuestro alimento. ¡Es sólo una aventura más!

Sí, puede ser difícil al principio, es verdad. Pero con el tiempo se vuelve divertido y fácil. Si desarrollamos nuestras estrategias y nos organizamos, conseguiremos preparar una comida que sea nutritiva y deliciosa en poco tiempo.

Ya decía Hipócrates que somos lo que comemos, por lo que ya va siendo hora de tener poder sobre quiénes somos y qué somos. 🙂



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